martes, 31 de marzo de 2015

Empoderamiento


Llega la época de las elecciones. Me han pedido que hable de nuevo de la importancia del voto, y que os recuerde que es vuestro derecho y responsabilidad de elegir los voluntarios para la Junta Directiva y el Comité de Crédito que queráis que ocupen los escaños libres en esos grupos el año próximo.

Pero no lo voy a hacer. Lo que sí que voy a hacer es explicar por qué somos diferentes.

Este es un país capitalista, donde el dinero gobierna. Con sólo mirar al sistema de lobbies, en el cual las corporaciones y las grandes empresas pueden legalmente patrocinar campañas políticas de los candidatos a cambio de futuros favores. ¿Que cómo es legal, os preguntáis? Yo también, pero ahí lo tenemos.

Donde el gobierno tiene el poder, tiene sentido que detrás los políticos que toman todas las decisiones encontremos a los bancos que manejan su dinero, tanto el de las grandes empresas como el de los mismos políticos. Los bancos existen sola y exclusivamente para ganar dinero. ¿Para quién? ¿Sus clientes? Al fin y al cabo somos los ciudadanos de a pie los que necesitamos estas instituciones financieras para manejar nuestro dinerito y hacer nuestros pagos mes a mes. Pues no, los bancos no están aquí para nuestro beneficio económico. ¿Qué son nuestros ingresos y ahorrillos en comparación con los grandes beneficios que obtienen de sus acciones, las cuales están en manos de inversionistas? Es para ellos que los bancos buscan beneficios.

Todas las decisiones grandes que se toman a nivel corporativo en los bancos son tomadas por una Junta Directiva (sí, como en esta y otras cooperativas), y su Junta Directiva también es elegida, como en las cooperativas, por sus accionistas. Una acción, un voto, como nosotros.

Pero entonces ¿qué más da, si es lo mismo?


La gran distinción está en lo que llamamos la Diferencia Cooperativa. Cuando tú te unes y te haces socio de la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la OEA o de cualquier otra cooperativa en el mundo entero, como socio, recibes una acción (en nuestro caso esa acción se obtiene con ese ingreso inicial de $5 en la cuenta de ahorro regular), la cual te da derecho a un voto. Ni más, ni menos.

Los bancos emiten acciones, participaciones en la propiedad de la empresa, que se ponen a la venta al público en general, y cada uno tiene derecho a comprar cuantas acciones quiera. Y en el caso de bancos, cada acción también es un voto. Con eso, el poder decisivo de un banco está en manos de los muy ricos, de aquellos que tengan mayor número de acciones. Y por supuesto, si controlan los votos a través de la elección de directores que tomarán las decisiones siempre sean a favor de ellos.

La historia del desafío cooperativo

No os podéis imaginar la cantidad de dificultades que ha tenido este movimiento en los Estados Unidos. Las cooperativas existen aquí desde principios del siglo XX, pero siempre han estado doblegadas por las dificultades forzadas sobre ellas por la banca que, durante décadas, ha sido capaz de influenciar las decisiones de política bancaria y con ello frenar el florecimiento cooperativo.

No fue hasta los años 70 que las cooperativas se libraron del control del FDIC, el organismo del gobierno estadounidense que rige a los bancos hoy en día, pero que había controlado las actividades de las cooperativas de ahorro y crédito también (desde los años cuarenta). En 1970 las cooperativas adquirieron por fin el derecho ofrecer hipotecas y certificados de depósito, aunque los bancos nos forzaron a darles a éstos un nombre distinto (certificados de inversión) ya que no podíamos ofrecer los mismos servicios que un banco sin ser uno.
La primera Cooperativa de Ahorro y Crédito de
Estados Unidos, que sigue existiendo hoy
¡aunque en un edificio más grande!


Curiosamente, fue a finales de ese mismo año que ciertas cooperativas comenzaron a ofrecer cuentas corrientes excepto que, por primera vez, se adelantaron a los bancos y les pusieron un nombre distinto. Varias cooperativas rurales en Ohio crearon las cuentas que en inglés se llaman “Share Draft” (no “checking”), eran técnicamente mejores que las corrientes de los bancos porque, por primera se pagaban dividendos sobre los saldos de una cuenta en la que permitían escribir cheques –los bancos nunca habían hecho algo semejante-. Así que, que quede claro ¡fueron las cooperativas las primeras en dar dividendos sobre las cuentas corrientes!

En los años ochenta consiguieron extender lo que se llama el campo de asociación de las cooperativas de ahorro y crédito para que cada una pudiese aceptar otros grupos además del original de socios, siempre que el nuevo grupo tuviese una actividad o propósito similar al inicial. Y es por eso que hoy en día los grupos de IICA, CAF, ATA y otros pueden ser socios de esta Cooperativa.

Y cada uno de estos avances ha conllevado un enfrentamiento ante el gobierno con los gigantes de la banca, que tienen en sus manos todo el dinero del mundo para comprar votos.

El reto cooperativo en la actualidad

El enfrentamiento sigue hoy en día aunque el campo de batalla es distinto. Hoy en día el desafío es mantenerse al día con los bancos en cuestiones de tecnología, la seguridad del dinero, y la habilidad de ofrecer al socio productos y servicios competitivos.

En las Cooperativas aprendieron hace mucho tiempo que para sobrevivir y avanzar iban a hacer falta alianzas estratégicas, entre cooperativas, con grupos específicos que les permitirían ofrecer servicios y productos asequibles por su coste compartido. Y con organizaciones de índole legislativo, que defendieran los derechos de todas las cooperativas juntas para que ninguna tuviese que defenderse sola. Hoy en día ninguna cooperativa de ahorro y crédito existiría sin estas alianzas, no podrían permitírselo.

Logo de un cajero automático de
la red Co-Op, que podrás encontrar
en cualquier Seven-11 y usar gratis.

Y por eso nuestra Cooperativa se unió, por ejemplo, a la red Co-Op que ofrece a los socios la mayor red de cajeros automáticos en Norteamérica, la cual está compuesta de los cajeros de todas las cooperativas aliadas. También creó una pequeña empresa con otras dos cooperativas en Washington, y juntas han podido contratar servicios de inversión y otras ayudas convenientes que ponen a disposición de todos nosotros, los socios de las tres cooperativas. Nuestros giros son enviados a través de una cooperativa mucho más grande que la nuestra, que ofrece ese servicio a otras cooperativas y así ahorran ambos bandos.

Es un desafío cumplir con las demandas y necesidades de un grupo de socios global y moderno en esta era tecnológica en que vivimos. La banca en línea, banca móvil, el voto electrónico, los formularios en línea con sus firmas electrónicas, los sistemas de cifrado que mantienen tu dinero seguro cuando entras y sales de todos esos sistemas... todo esto requiere tiempo, dinero y mucho esfuerzo a la hora de poner cada cosa en práctica, de su administración y de sus modernizaciones. Es muy difícil competir con todos los servicios que ofrecen los bancos, los miles de empleados que tienen, cuando la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la OEA sólo cuenta con un personal de 21 (incluyendo la gerencia). Pero lo hacen todo, porque los socios les damos la posibilidad de realizarlo con una Junta y unos Comités compuestos de socios como vosotros, que se han presentado voluntarios, para ayudar con algunas responsabilidades y muchísimas de las decisiones, por el bien común.

Hoy

Cada uno de estos productos, alianzas, servicios y tecnologías requirieron meses y años de trabajo para ponerlos a nuestra disposición. Y cada decisión final fue tomada por la Junta Directiva, esa misma Junta para la cual votamos a los directores voluntarios este abril y mayo.

Nuestros créditos son revisados y aprobados por voluntarios también, los del Comité de Crédito para el cual vamos a elegir algunos voluntarios.

Y la cosa no queda ahí: nuestra Cooperativa tiene varios comités formados por socios que se presentan voluntariamente para ofrecer sus conocimientos de tecnología, legislación bancaria, inversiones y economía, seguridad, e incluso sus habilidades organizadoras con el sólo propósito de que nuestra Cooperativa esté al día en todo; tasas, cargos, operaciones, productos y servicios nuevos… en fin, todo.

Nuestra Cooperativa, como toda buena cooperativa, se revuelve en torno a sus socios, y funciona por su bien. Es por esta razón que quiero agradecer a todos los voluntarios, a la gerencia y al personal pasados, presentes, y futuros por la impresionante labor que desempeñan al asegurarse de que tenemos los mismos servicios y productos que conseguiríamos en una institución más grande, al mismo o mejor precio, y además en dos idiomas. Y por su trabajo continuo de mejorar la experiencia cooperativa para nosotros sus socios, año tras año, desde que abrió puertas en 1962.

Y esta es la razón por la cual os encomiendo a que os identifiquéis con este proceso cooperativo tan nuestro, votando en estas elecciones que ya llegan, pero también considerando la posibilidad de ayudar en cualquiera de los muchos comités que ayudan a la Cooperativa a hacer un trabajo mejor día a día. 

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