Ha llegado el momento de la verdad. Los griegos, como era de esperar, han votado no a negociar más con la Unión Europea en lo que se refiere a recortes a cambio de ayuda. Y lo que es más interesante, votaron no a petición expresa de su primer ministro, Alexis Tsipras, un hombre que siguiendo con su promesa antes de ser elegido ha enfrentado a Grecia con los poderes europeos.
La semana pasada el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker advertía que un no en el referendo significaría un no a la pertenencia griega en la UE. |
Pero ¿cómo hemos llegado a este punto?
Pero al final, la necesidad de afianzar la paz y estabilidad en el sur de Europa –tened en cuenta que esto fue durante la Guerra Fría- fue el factor decisivo, y Grecia se unió a la Comunidad en 1981. De hecho su acceso fue el peldaño de entrada para España y Portugal.
¿Y entonces?
Manifestaciones en Grecia |
En todo ese tiempo, los griegos disfrutaron de la falsa burbuja económica junto al resto de Europa, la cual estalló en 2008. Y cuando ocurrió, fue el doble de duro en el país heleno.
Si Grecia hubiese tenido todavía la dracma, podría haber impreso dinero para compensar, y así acelerar su economía. Pero al no poder hacerlo, cuando la zona euro impuso las primeras medidas de austeridad para intentar controlar el comportamiento desmedido de Grecia, sus ciudadanos de a pie, sus políticos corruptos y los empresarios que los tenían comprados, de repente no tuvieron ningún sitio de donde obtener dinero, especialmente ahora que los bancos estadounidenses se hallaban inmersos en una enorme crisis. Todo esto llevó a Gracia a una espiral económica negativa que les forzó a pedir grandes ayudas dos veces de la UE, en 2010 y 2012. Cada paquete contenía préstamos, junto a obligaciones de recortes y reformas, los cuales hicieron imposible que Grecia saliese de su crisis y que, de hecho, causó una depresión económica mucho mayor. Y aquí, en vísperas del tercer paquete de ayuda, los griegos quieren que se ponga el freno al proceso. Porque es verdad, la UE cometió un gran error al imponer estas medidas de austeridad –recortes en servicios sociales, pensiones, subvenciones de desempleo, educación y cuidado médicos, además de los despidos masivos de empleados del sector público que ayudaba con el desempeño de todos servicios ahora recortados- y al mismo tiempo demandar enormes cambios legislativos que servirían para recortar aún más esos servicios, y acrecentar un nivel de desempleo que ya es enorme.
Creo que no hay ninguna economía mundial que sería capaz de sobrevivir estas medidas sin tener control de su propia moneda. Comprendo que estas demandas se han efectuado para calmar las inquietudes de los votantes en los países que han prestado los fondos, pero fue un error, prestar cono un economista pero imponiendo condiciones de político, y es lo que le hemos hecho a Grecia. Nosotros, a través de las manos de los políticos a los que hemos votado, y ahora tenemos que acarrear con las consecuencias.
Las banderas de la UE y Grecia vuelan en la Acrópolis de Atenas |
Y es que está claro que aquí nadie tiene derecho a tirar la primera piedra.
Ahora ¿qué?
La historia nos ha enseñado muchas veces que siempre hay alguien dispuesto a ayudar, por el precio adecuado. Puede que esto lleve a Grecia a buscarse unos asociados un tanto extraños, entre esos que operan fuera del mundo occidental. De cualquier modo, lo van a tener muy difícil, tanto que lo que han vivido hasta ahora parecerá poco en retrospectiva. Aunque una deuda del 175% de su producto nacional bruto (sí en 7 años han pasado de una deuda del 12% al 175%) no es una minucia, y eso es lo que deben, hasta la fecha de hoy, tanto en deuda inicial como a la UE y al FMI: cómo se piensa nadie que Grecia puede pagar esa deuda, y encima querer pedir más…no lo entiendo. En fin. Espero que salgan de esta escarmentados y más fuertes.
Quizás es eso, que se han dado cuenta de que es hora de hacer frente a las consecuencias de lo que han hecho, por si mismos, diciendo no –irónico si consideramos la propia deshonestidad ciudadana, que llevan décadas mintiendo y escapándose de pagar los debidos impuestos-. Son un país muy viejo, con un rico legado histórico, y han sido ya muchas veces personajes principales en eventos que cambiaron el mundo en su día. Quizás este es uno de esos momentos decisivos.
Pero al final, hagan lo que hagan, los griegos tienen que cambiar el modo de hacer las cosas, su visión sobre su propio gobierno, y sus leyes. Tienen que hacer un gran ejercicio de auto escrutinio y empezar construyendo un gobierno y economía basados en la honestidad e integridad. Son la cuna de la democracia, pero tienen que recordar cómo funcionaba. Y tanto la idealista como la realista en mí esperan que lo hagan.
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