martes, 20 de octubre de 2015

El Abuso Financiero a Ancianos, parte 2. Autoayuda y Consejos Prácticos


Lea el primer artículo de esta serie


Hoy me dirijo a ustedes nuestros mayores, en el segundo capítulo de esta serie sobre el abuso financiero.

Sé que muchos de ustedes están muy al tanto de este concepto, pero es posible que haya aspectos que no habían tenido en cuenta, y que tengan amigos, familiares que posiblemente sean víctimas y con esto les presento algo que pueden leer, para que sepan que no están solos en esta situación.

Voy a cubrir dos temas; primero, las características del abuso financiero a manos de familiares que a menudo no nos damos cuenta que abusan de nuestra confianza, y algunos consejos básicos que, con el tiempo, pueden ayudar a no caer víctimas de este problema.

Cuando pensamos en el abuso financiero a manos de familiares siempre pensamos en el peor de los casos: en drogadictos o parados que se lo quitan todo a una persona mayor durante un periodo de tiempo, y ya está. Pero hay otros modos de abuso menores, paulatinos y tan casuales que muchas veces la gente, ni siquiera ustedes, lo notan. Estoy hablando de lo siguiente:

  • Ese familiar que le pide pequeñas cantidades y nunca se las devuelve;
  • Los que van a hacer la compra semanal en la tienda, ponen su comida con la suya y luego se despistan para que usted pague por todo;
  • El familiar oprimido y victimizado que le cuenta una y otra vez lo mal que le va y cómo nunca tiene dinero, haciéndole así chantaje emocional para que le ayude;
  • Y ¿qué decir de esos personajes que les hacen chapucillas en casa, y siempre le piden más dinero del que deberían porque, sin falta, hoy lo necesitan? ¿o se lo piden por adelantado por la próxima vez y no aparecen?

Si cualquiera de estos hechos le ha ocurrido una vez pero nada más, entonces estaría bien que les hubiese ayudado, de así haberlo decidido. Pero si es un patrón de actividad, deberá hallar el modo de romper con este ciclo ya que usted está inequívocamente siendo abusado/a

¿Qué puede hacer?


Lo primero - lo más difícil- hable con alguien. Un familiar, un amigo de confianza, su oficina local de asistencia a la tercera edad. El pedir ayuda no le convierte automáticamente en un anciano o anciana que necesita cuidados a todas horas; sencillamente significa que necesita consejo y posiblemente ayuda para manejar esta situación específica. Muchos de ustedes piensan que se les va a juzgar porque han caído en estas trampas, pero la realidad es que esto es una explotación y ustedes en este caso son las víctimas. Pero el abuso financiero puede ocurrir a cualquier edad, incluso a adolescentes o parejas. Al contarle a alguien sus cuitas verán que ponerle cara a la persona que está abusando de su confianza no sólo es lo correcto, pero además verá que le es más fácil decidirse a parar la situación.


Muchas personas explotadas por dinero se averguüenzan
cuando en realidad le puede pasar a cualquiera.

Una vez ha tomado las riendas del asunto, es bueno hacer un poco de auto análisis. ¿Había algo que quizás podría haber hecho para prevenir la situación? Muchas veces la respuesta es, obviamente, que no. Pero hay otras que quizás se dé cuenta que si hubiese dicho que no a la primera de cambio, las cosas no habrían llegado a este punto tan feo. Y también hay veces que simplemente no se sabe.

Saque lo que saque en claro de este auto estudio, tómeselo como una experiencia de la que puede aprender, y busque maneras de prevenir la misma situación en el futuro. Aquí les pongo unas ideas basadas en experiencias personales de gente mayor que conozco que han sido explotadas por su dinero:

Si decide ayudar a un familiar como decisión propia, no lo haga de manera que afecte su informe de crédito. No avale créditos ni ofrezca propiedades suyas como garantías de nada.

Y haga lo que hace mi suegro Tom: Si ayuda a uno de sus hijos con dinero, se lo dice al resto; a veces incluso decide repartir la misma cantidad entre todos sus hijos. En ambos casos mantiene un listado de lo que le ha dado a cada uno y ha dejado siempre muy claro que el día que muera se dividirá la herencia teniendo en cuenta quién recibió su ayuda en vida.

Pero también sea práctico/a en el día a día: no deje su cartera o monedero donde sea fácil de encontrar; ni en el bolso, el pantalón, la chaqueta o abrigo, la mesilla de noche ni el mostrador de la cocina -y mira que la gente insiste en dejarlo ahí, es un problema universal-; tampoco en el armario de los abrigos. Encuentre un sitio insospechable y úselo siempre, y sobra decir que nunca debe sacar la cartera delante de visitas.

Proteja su talonario, la chequera: Una o dos veces al mes examínela para cerciorarse que todos los cheques siguen ahí. Si falta alguno, contacte con su cooperativa o banco para cancelarlo.

Y proteja también la caja de los cheques que usará cuando se acabe su talonario actual. No los deje en el cajón del escritorio; busque un sitio mejor.

O mejor todavía, deje de usar cheques. Sé que es un hábito eso de escribir cheques si lo ha hecho de siempre; pero hoy en día, con la banca en línea y el sistema clic pago, sólo tiene que montarlo una vez y se librará de cheques para siempre. Puede poner pagos automáticos de la gran parte de las facturas y depósitos directos de todos sus ingresos repetitivos. Le aseguro que no se necesita cheques hoy en día.

Ni siquiera hacen falta para obtener efectivo. Las tarjetas de débito son buenas para retirar en cajeros e incluso para pagar en cualquier sitio. Además, muy pronto la Cooperativa cambiará todas las tarjetas para que sean con chip, que es el sistema más seguro del mundo. Por favor, examine sus finanzas mensuales y vea si los cheques le son imprescindibles. De ser posible, deshágase de ellos.

Contrate una caja de seguridad: la Cooperativa las tiene a precios muy asequibles y en ellas podrá poner sus chequeras no usadas, esa tarjeta de crédito que guarda por si hace falta algún día, las joyas que guarda para sus hijos y nietos en herencia, y los títulos de sus propiedades.

Y finalmente, aprenda a decir que no. Miro a mi hija de cinco años y me pregunto ¿me será posible hacerlo algún día? Pero según crece me voy dando cuenta que a veces es lo correcto, el decirle que no. Lo mismo le sucede a usted. Y decir que no le convierte en mala persona, o en rácano, o en cruel. Los años que he trabajado en la Cooperativa me enseñaron que los padres y abuelos que piensan que con sacarles siempre las ascuas del fuego a sus hijos y nietos están ayudando, están muy, muy equivocados. Lo único que están haciendo es poner una tirita sobre un problema de largo plazo que no pueden solucionar, y además permitiendo el mal comportamiento de esos familiares que se acostumbran a que alguien siempre les ayude.

Quizás le sucede que por primera vez en la vida ahora se ve en la posición de manejar obligatoriamente sus propias finanzas y no sabe cómo. No pasa nada, pregunte en la Cooperativa. ¡En serio!

Hace años cuando trabajaba allí en caja, recuerdo enseñar a un socio a usar el libro de registro de su talonario, y le enseñé también a cómo mantener al día sus finanzas del mes. Este señor era economista, pero en su país no hay cuentas corrientes con cheques y por eso me pidió ayuda. En un mes se lo aprendió todo. Y como a este hombre hemos ayudado a muchos otros en la Cooperativa; es parte de esa Diferencia Cooperativa, el afán de educar a los socios sobre el dinero, y es hasta la razón de este blog que escribo.

No sería la primera persona en pedir ayuda, en la Cooperativa hemos ayudado a mucha gente con eso. Le podemos enseñar a manejar el dinero mes a mes, hacer un presupuesto, ayudarle a clasificar sus facturas, deudas y títulos, asesorarle cómo ahorrar, lo que sea. Todo el mundo tiene aprender estas cosas tarde temprano y ¿en qué mejor sitio que las de aquellos con los que confía su dinero?

Y con esto llego al último punto: pida ayuda en la Cooperativa sobre cualquier tema relacionado con el dinero o las finanzas: Si sabe de o conoce a alguien que está en una situación de explotación financiera y desea ayudar, hable con la Cooperativa para que le asesoren. Llame, mande correo electrónico o simplemente vaya a la oficina. El personal de la Cooperativa está entrenado para ayudar en estas situaciones, y se pondrá de inmediato a su disposición.



En el siguiente artículo: las tendencias más comunes y las más recientes en la explotación financiera.

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