jueves, 31 de marzo de 2016

Examinando Brexit, parte 2. Si se hiciese realidad


Hace diez días hablé de por qué hay muchos ingleses que preferirían que el Reino Unido (G.B.) se desprendiera de la Unión Europea, tema conocido como Brexit. Los motivos son socioeconómicos aunque hay economistas que dicen que detrás de los motivos se esconde un narcisismo auto victimizado porque estos últimos años muchas decisiones de la UE han ido en su contra. O sea, que esto es una pataleta a nivel nacional.

Sea cual sea el razonamiento, la posibilidad de que el Reino Unido se retire de la UE es tangible y por ello hay economistas que analizan las consecuencias para con todos: el Reino Unido, la Unión Europea, distintos países y el resto del mundo.

Dije en el último artículo que hoy hablaría de las razones por las cuales hay muchos en contra de Brexit. Pero es imposible separar las razones en contra de las probables consecuencias de esta separación así que voy a hablar de ello de la manera más objetiva posible.

La burocracia


Los ingleses consideran que la burocracia de las regulaciones europeas es algo a lo que
no desean adherirse ya que les cuesta dinero. De acuerdo a los grupos de reflexión que han analizado esta situación avisan que no sólo es muy improbable que el Reino Unido retire esas regulaciones que ya están implementadas sino que además en el contexto de un Reino Unido fuera de la UE pero tratando con ella, este tipo de regulaciones es necesario y que en el futuro estos cambios continuarían teniendo lugar para adaptarse a los acuerdos comerciales con la UE u otras regiones.

Adicionalmente, los partidarios de Brexit deben tener en cuenta que para poder crear los muchos tratados económicos con otros países -China, Japón, Australia- y otras regiones –UE, Pacific Alliance, MERCOSUR, ASEAN-, se van a establecer requisitos que sin duda alguna el Reino Unido tendrá que convertir en cambios regulativos internos.

El dinero


Ya comenté que no se puede analizar la balanza coste/beneficio entre las contribuciones que G.B. realiza a las arcas de la UE y los beneficios económicos que reciben a cambio.

Pero sí que se puede hablar de los acuerdos económicos que el Reino Unido desea hacer con países específicos y regiones externas a la Unión Europea. Entiendo que es un deseo razonable el querer expandir estos horizontes económicos fuera de las restricciones impuestas por la UE, pero los grupos de revisión avisan que establecer dichos acuerdos conllevaría años de trabajo y negociación, y que los productos y servicios que el Reino Unido puede ofrecer quizás no sean de una escala suficientemente grande como para que esos grupos deseen establecer acuerdos. Sugieren que se haga un escrutinio racional y coherente de la futura oferta potencial del Reino Unido en un contexto de comercio global antes de lanzarse a establecer lazos con el exterior.

Esto nos trae a la siguiente razón que los ingleses alegan para justificar su retirada de la Unión Europea

La inmigración

Los mismos grupos de revisión que recomiendan analizar el potencial comercial de un
Reino Unido independiente recomiendan mucha cautela debido justamente la inmigración. Hoy en día es la inmigración la que mantiene a G.B. a flote en su tasa de natalidad. Los nacimientos de niños de madre extranjera en el Reino Unido representan un 27% del total anual, de un total anual que de hecho decrece lentamente. Si la tasa de natalidad ingles decrece incluso con el crecimiento de nacimientos de hijos de madres extranjeras, el Reino Unido esté menguando. De imponer trabas a la inmigración se enfrentan a un grave problema de decrecimiento de mano de obra actual y futura lo cual es una contradicción directa a su deseo de expandir el comercio externo.

Asimismo, cualquier tratado económico establecido con la UE tras su secesión indudablemente incluiría el libre intercambio de ciudadanos para trabajar como requisito por parte de la Unión, no ser que el Reino Unido desee hacer un acuerdo al estilo Suizo, que acarrearía limitaciones que no serían de su agrado.

La realidad económica

La realidad de un Reino Unido tras Brexit es difícil de definir pero todos, absolutamente
todos los expertos, grupos de revisión y economistas auguran que a corto y medio plazo el proceso sería entre negativo y muy, muy negativo. La libra esterlina caería, lo cual ya está haciendo, pero eso significaría el abaratamiento de los productos ingleses lo cual los haría más atractivos. Sin embargo, sin acuerdos económicos, ¿podrían vender? Es una serpiente que se muerde la cola.

La caída de la moneda causaría inflación pero al igual que antes, esto no es necesariamente algo malo en un marco económico global que parece no poder levantar cabeza.

Sin embargo el gran problema desde el punto de vista inglés, resultaría en la paralización de la Inversión Externa Directa. Londres es el mayor mercado del mundo hoy en día, muy por delante de Nueva York, Tokio o Beijing; y el 50% de toda esa inversión proviene de países dentro de la UE, con acceso obtenido gracias a los beneficios que se otorga, en ambos casos –a la banca y a los inversionistas de países de la UE-por su pertenencia a la misma Unión. Con ello se deduce que sin la UE esta inversión de vería severamente afectada y reducida.



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