miércoles, 31 de mayo de 2017

Como en casa (Cosas de familia, parte 3)


Los ancianos parecen estar todos de acuerdo en no querer ir a una residencia. Y no es que

la residencies sean malas. Pero si has visto películas como Cocoon o Tomates Verdes Fritos, la impresión que dan siempre es de que las residencies contienen ancianos solos, tristes.

Sin embargo, las opciones de domicilio para personas mayores de hoy en día son tantas y tan variadas que, las residencias han mejorado muchísimo en calidad (explico después). Así que lo que voy a hacer es hablar de todas las opciones que proveen viviendas con socialización, a la vez que se cumplen con las necesidades médicas y de otro tipo, para una persona mayor.

Empecemos por las opciones de vida más independientes.

Comunidades con restricción de edad
Estas comunidades cerradas están dedicadas exclusivamente a gente de cierta edad, normalmente aquellos de 55 años para arriba. A menudo tienen actividades sociales conjuntas, tiendas propias, restaurantes e incluso ambulatorios propios dentro de un recinto que permite a sus residentes vivir en un entorno relajado y sin niños.

Apartamentos para mayores
Parecidos a las comunidades con restricción, estos apartamentos se edifican y se venden

como viviendas -comúnmente de lujo- a jubilados, restringiendo el acceso a propietarios jóvenes.

Nota sobre las comunidades y los apartamentos con restricciones por edad. Entiendo muy bien el atractivo que suponen estas viviendas para aquellos que desean un lugar tranquilo donde vivir que les permita estar con gente de su edad. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la vivienda deberá ser vendida o rentada tras el fallecimiento de sus dueños ya que no es una vivienda que los hijos pueden heredar para vivir.

La vida asistida
Es muy difícil hacer a un adulto de cualquier edad ceda toda o parte de su independencia por petición de otros. Los arreglos de vida asistida permiten que aquellos que necesitan algo de ayuda -por problemas de salud, de movilidad- quienes son capaces de valerse por sí mismo en muchas cosas, mantengan su independencia, pero reciban la ayuda necesaria. Estos tipos de asistencia varían, desde necesidades diarias como bañarse, o preparar la comida hasta la ayuda con ciertos medicamentos o terapias.

La vida asistida puede contratarse para en casa, o en unas instalaciones que se conocen
como hogares en grupo con cuidado personal. Personalmente pienso que, para una familia, el vivir cerca y que uno o ambos padres tengan vida asistida es una combinación que puede ser un gran éxito a la hora de combinar el respeto a su independencia con el necesario cuidado profesionalizado. Y si no …

La convivencia cooperativa
Para mi esta es la mejor opción para personas mayores, y me gustó tanto que escribí un artículo dedicado al tema el verano pasado, titulado Una Utopía Compartida; no te lo pierdas.

Las comunidades de cuidado vitalicio
Estas son comunidades edificadas para cumplir con todas las necesidades de cualquier jubilado o jubilada. Se conocen también como Comunidades de Jubilación con Cuidado Continuo y ofrecen posibilidades de vivienda para cualquier jubilado: viviendas con restricción de edad para los más independientes, vida asistida para los que no se apañan solos, y residencia para los que necesitan cuidados más avanzados. Son muy flexibles y cubren tanto lo necesario como los gustos de cualquier persona mayor.

Residencias
Debemos admitir que este tipo de vivienda es necesaria, porque hay ancianos que llegan a
un punto en que necesitan cuidado médico y personal continuos. Las residencias de hoy en día son muy distintas a las de hace 20 años porque tienen residentes mucho más sanos y con mayores expectativas de vida que antes. Que demandan un cuidado más abierto. Por eso incluyen actividades sociales, y regímenes de salud para mantener a sus residentes activos y contentos. Ya, es obvio que no son un sitio al que quieran ir los padres y madres sanos, pero llegado el momento, hay que saber que hoy en día las residencias son para gustos, colores.

¿Cómo decidir?
Ahí está el truco; es posible que la vida asistida para uno o ambos padres se convierta en algo imposible con el tiempo, por cuestiones médicas. En este caso, el cambio de vivienda a una instalación con el cuidado adecuado, ya sea una comunidad de cuidado vitalicio o una residencia sea la mejor opción. Pero si tus padres tienen la opción de escoger con tiempo, lo mejor es hablar con ellos de sus deseos, sus expectativas, y la habilidad de la familia de cumplir con ellos. Combinándolo todo deberíais poder encontrar un equilibrio.

Una vez decidáis del cuidado que ella/él/ellos van a necesitar, lo mejor es estudiar todas
vuestras opciones y visitar juntos el mayor número de centros posibles. Familiarízate con las opciones de todos y las diferencias entre ellas. Hablad con el personal de las instalaciones y preguntadles, directamente, cuánto tiempo llevan trabajando en sus puestos. Las viviendas y residencias bien manejadas tienen siempre empleados que llevan allí tiempo, y esas son las que deberíais considerar.

Examinad la acreditación de cada lugar. En Estados Unidos lo mejor es buscar comunidades y residencias que están en acreditadas por la Comisión de Acreditación de Instalaciones de Rehabilitación (la “Commission on Accreditation of Rehabilitation Facilities” en inglés), la cual es una acreditación voluntaria. Si una comunidad o residencia se toma el tiempo de obtener una calificación voluntaria, siempre será mejor que una que no se ha molestado en hacerlo. Asimismo, hay muchas páginas en línea donde los residentes y las familias de residentes de estos centros suelen hablar de ellos y dar sus opiniones.

Una vez hecho todo esto, habladlo todo y decidid juntos cual es la opción que cumple mejor
tanto con sus necesidades como con sus deseos, porque lo mejor es hacer las cosas de buena voluntad. Como he dicho en un artículo anterior, no hay manera buena o mala de hacer estas cosas, siempre que la meta sea su bienestar dentro de la habilidad de todos. Tened todos en cuenta que las decisiones de hoy pueden no ser permanentes. Las necesidades mentales, físicas y médicas de una persona pueden cambiar con el tiempo o repentinamente, y el conocimiento de todas las opciones de vivienda por adelantado supondrá un buen punto de partida si hacen falta cambios en el futuro.

Os deseo lo mejor.

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