sábado, 31 de marzo de 2018

Facebook y tu derecho a la privacidad



Si bien el tema de hoy está centrado en el abuso de las redes centrales por motivos políticos, no voy a entrar en política. Para el día de hoy todos hemos oído/leído del tema de

Cambridge Analytica y cómo esta empresa usó–sin autorización- los datos de más de 50 millones de usuarios de Facebook para vender influencia sobre los votantes en varias campañas electorales y presidenciales de los últimos años, incluyendo los comicios que decidieron el Brexit y la presidencia estadounidense. Sólo tienes que poner el nombre de la empresa en Google y hallarás miles de respuestas explicando el tema. 


Yo voy a hablar hoy de la abstracción de estas prácticas. Cómo funciona el big data y por qué es tan importante. También enseñaré cómo entrar a tu Facebook y ver quién está recopilando datos de lo que haces en Facebook para venderlos, para que puedas retirar el permiso si así lo deseas. 

Qué es el Big Data 
Los grandes datos son, como su nombre lo indica- inmensos paquetes de información relacionada con uno o varios temas interrelacionados entre sí. En el caso de la internet, el big data recompila los hábitos de los internautas. Un ejemplo es una cookie, esas cosillas que te piden permiso los portales web para usar cuando visitas sus páginas. Hay cookies que sólo rastrean desde donde te conectas, qué idioma hablas, y qué enlaces seleccionas. Otras cookies más avanzados siguen tus pesquisas minuciosamente: cuánto tiempo pasas mirando cierta zona de una página, sobre qué elementos pasas el cursor, etc. Los datos que coleccionan son big data.

El big data privado es algo que muchas empresas usan con motivos comerciales, para mejorar la calidad de su servicios y de sus productos. Otros lo usan para vender productos relacionados. Por ejemplo, si entras en Amazon a buscar té verde orgánico con granada, por ejemplo, y no lo compras, la próxima vez que estés en Facebook o en ciertas páginas web, verás anuncios adosados de té verde con granada. Una cookie captó tu búsqueda y como no compraste el té, extrapoló que alguna empresa quizás podría vendértelo. Y ahora ves té verde por doquier. Te puede parecer una tontería pero las cookies son sencillas, baratas, automáticas, y generan muchos ingresos.

Otro big data es más sutil. Por ejemplo, si tienes una app de hacer ejercicio con tu pulsera wearable, está constantemente leyendo datos: Los pasos que has caminado, las escaleras que subes, el ritmo cardíaco, etc. 

Otras utilidades: el Open Data 
Todos estos datos son muy útiles. Hay datos abiertos, conocidos como “open data”, que son compartidos libre y gratuitamente, que no contienen información personal y que permiten, en manos expertas, obtener informes demográficos complejos de comportamiento social. Para muchos estudios el open data es una fuente de incalculable valor, porque es gratuita, extremadamente específica, y permite realizar estudios estadísticos que antes no eran ni imaginables. 

El mal uso de los datos 
¿Qué sucede cuando alguien utiliza estos datos, ya sean privados o públicos, con motivos
no tan abiertos como la publicidad o el estudio científico? Un ejemplo: cuando Fitbit, la empresa las pulseras de ejercicio publicó sus datos abiertos sobre los miles de usuarios que tenía en todo el planeta, no se imaginaron nunca que, mirando con detenimiento esos datos, un especialista militar pudo extrapolar la localización específica de bases militares secretas de los EEUU, usando las rutas de ejercicio del running de sus soldados. Este especialista publicó su información de buena fe, pero hay empresas dedicadas al uso indebido de datos, públicos y privados. 

En el caso de Cambridge Analytica, se usaron datos que fueron recopilados ilegalmente para influenciar el sistema electoral de varios países. Usando un sistema muy sutil de influencia a través de la manipulación de contenido en línea, usando las búsquedas y el contenido leído por usuarios de ciertas zonas para decidir el contenido de ciertos discursos públicos, para influenciar el voto de miles –o millones- de votantes. Esas mismas búsquedas y lecturas fueron usadas para imponer contenidos pagados diseñados para ir cambiando la opinión, de manera paulatina, de aquellos votantes especialmente indecisos para que votasen a los candidatos que habían contratado a la empresa. 

La clave del problema: la política de privacidad 
El Derecho a la Privacidad es obligatorio en los Estados Unidos. Hay leyes que protegen
nuestro derecho a la privacidad, ya sea en persona como en línea. Cuando compras algo en una página en línea y tienes que chequear esa casilla que dice que has leído los términos de uso y política de esa empresa, estos avisos legales incluyen una declaración sobre tu derecho a la privacidad. En ella indican qué datos van a recabar sobre ti, cómo los almacenarán, cómo los usarán, con quién los compartirán y para qué propósitos. Por ley tienes derecho a decir que no quieres que compartan tus datos con terceros. 

“¿Qué personaje de película de terror eres?” 
Si tienes Facebook, seguro que has visto alguna vez, en el muro de un amigo “Yo soy Freddie Krueger. ¿Qué personaje de película de terror eres tú? Haz este test para averiguar”. Cuando presionas para hacer ese test, sale un aviso diciendo “Empresa XYZ quieres acceso a tu Facebook” acabas de autorizar a la empresa que lo ofrece acceso a tus datos. Así fue cómo Cambridge Analytica se hizo con los datos de 50 millones de usuarios. 

El abuso de Cambridge Analytica, y las consecuencias para Facebook 
El problema de Cambridge Analytica fue que informó a Facebook que sus recolectas de big
data eran para usos académicos, cuando en realidad fueron usados con motivos político-comerciales. Con esto, realizaron más de cincuenta millones de usos indebidos de datos personales de usuarios de esa red. Esto significa que Facebook violó su propia política de privacidad para con sus usuarios más de cincuenta millones de veces, por lo cual recibió beneficios económicos. Todas estas empresas que realizan encuestas y concursos en Facebook pagan por esos servicios; son el origen de los ingresos de Facebook. 

¿Qué le va a pasar a Facebook? 
Si algo hemos aprendido desde la crisis inmobiliaria es que los gobiernos se esmeran por crear ejemplos de las grandes empresas que abusan de su poder. El presidente de Facebook Mark Zuckerberg ha sido llamado a declarar ante el gobierno de varios países y ante la Unión Europea para rendir cuentas de cómo dejó que esto ocurriese. El Departamento de Justicia estadounidense y muchos ministerios europeos han abierto investigaciones sobre estas actividades. La corte europea de justicia también está investigando y, considerando que en dos meses entra el vigor la nueva Ley de Protección de Datos de la Unión Europea, Facebook muy posiblemente tendrá que rendir cuentas antes las cortes europeas y pagar multas ejemplares. 

En mi opinión la cosa no acabará ahí. Facebook ha demostrado que la venta de big data con fines comerciales puede ser abusada, y que hay maneras muy sencillas de timar a las mismas redes sociales. Cuando esta actividad se dirige al uso de la influencia social a gran escala, la peor forma se sofismo, dudo que los gobiernos globales no cambien de opinión sobre acumular, archivar y vender datos de ciudadanos. Yo preveo que de aquí a cinco
años las leyes de privacidad van a ser muchísimo más restrictivas. Que eso nos ayude, eso ya es otra historia. Pero la reputación del big data, del open data, y de Facebook quedará muy mal parada. 

¿Sabes quién recopila tus datos te vigila en Facebook? 
He creado una página de instrucciones para que puedas ver en Facebook qué empresas están recopilando datos de tu comportamiento, y quitarles la autorización si así lo deseas. Este es especialmente important si no sabías que hay apps que tú no conoces pero que tus amigos, conodicos y familia en Facebook sí, y que por esa relación te están siguiendo también a ti en Facebook. No dudes en compartirla con familia y amigos, ya que estarás haciendo el favor a mucha más gente.

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