martes, 10 de marzo de 2015

¡Limpieza de Primavera!


Sip. El título lo dice todo, marzo es el mes internacional de la limpieza de primavera, y estoy aquí para recordároslo.

El origen de la limpieza de primavera tiene lugar hace varios siglos cuando, al no haber electricidad, las casas se alumbraban con velas de cera y sebo, y se calentaban con leña o carbón. Las ventanas se mantenían completamente cerradas en invierno para evitar que escapara el poco calor que había. Y durante el otoño e invierno la gente entraba con tierra, barro y nieve en los zapatos. Así que os podéis imaginar cómo estaban las casas de sucias cuando llegaba la primavera.



Y por eso, en cuanto había un par de días secos, el hogar entero se tomaría un día o más -dependiendo del tamaño del hogar- durante los cuales sacaban los muebles, alfombras, todo, fuera de la casa y limpiaban el interior entero de la casa, de suelo a techo. Los muebles y utensilios también eran limpiados y los enseres rotos se ponían para reparar o para quemar si eran inservibles. Después, se ponía todo de vuelta dentro.

Esta era la norma.

Hoy en día uno puede preguntarse el sentido de mantener esta tradición de limpiarlo absolutamente todo una vez al año. Hay dos razones muy buenas:

Hoy en día sellamos nuestros hogares, y a veces tanto en invierno como en verano (aquellos que usan aire acondicionado). ¿Qué sucede? Que con el tiempo entre la humedad del aire acondicionado, la sequedad de la calefacción y que nunca abrimos las ventanas, el aire de casa no se renueva, y todas las superficies adquieren una pátina de mugre ambiental humana.

Por otro lado, somos consumistas. Compramos cosas, encontramos cosas que nos pueden venir bien en el futuro, por lo que las guardamos, y nos hacen regalos; cuando se nos rompe un objeto apreciado lo guardamos en el armario para el día que recordemos arreglarlo, pero luego se queda ahí, olvidado. Todos somos cachivacheros.

Y es por todo esto que es conveniente tener una purga anual, durante la cual podemos examinar todo lo que hemos acumulado con una mente refrescada – ¡sí, de tener las ventanas abiertas para que entre el aire fresco!- y así organizar, limpiar y desechar.

Para aquellos que se adscriben a la filosofía del feng shui, la antigua creencia china que la armonía interna se consigue a través del cuidado de nuestro entorno físico, la limpieza de primavera ofrece la oportunidad de ordenar sus entornos y por ende sus mentes, a la vez que revitalizan sus hogares.

Así que hombre, mujer, familia, esto es algo que todos deberíais hacer en casa, y la mejor época para hacerlo es el principio del buen tiempo, cuando tenemos esa energía acumulada por haber estado en casa todo el invierno. Es hora de organizarse y limpiar.

Si nunca habéis hecho una limpieza de primavera, os explico en qué consiste:

La idea principal no es limpiar sino más bien organizar el desorden. Os pongo dos ejemplos muy claros: los armaritos del baño y la nevera. Durante la limpieza de primavera deberíais inspeccionar el contenido de todos los armaritos del baño y tirar todos los productos que no hayáis usado en mucho tiempo. La definición de mucho tiempo la ponéis vosotros, porque sois los que sabéis si las cosas son viejas o no: esas botellas con medio dedo de producto, las lacas y gominas del pelo de hace mil años… esas bolitas de algodón que necesitasteis una vez para algo (hace siete años) pero las tenéis ahí, acumulando polvo desde entonces… ya sabéis qué hacer con todo eso. Y para aquellos que usan cosméticos, no voy a entrar en detalles pero recordad que tienen una vida corta una vez usados, así que ahora podéis aprovechar para ver qué tirar.

Sobre la nevera. Es el momento idóneo de mirar todas esas jarritas en el fondo de la nevera y deshacerse de las han adquirido características de una muestra de laboratorio (sí, nos pasa a todos y sabéis muy bien de qué hablo). Y del congelador, hay que desechar todo aquello que no podáis identificar, que esté dentro del contenedor pero haya adquirido hielo. Y si encontráis comida cuyo envoltorio se ha roto y el interior ha sido expuesto al aire directo del congelador, no debéis consumirlo.

Tras limpiar así la nevera y el congelador deberíais hacer una limpieza a fondo del electrodoméstico entero, pero como decía Michael Ende eso es una historia para otro día. Si queréis aprender preguntad a amigos y familia, la gran mayoría sabrá asesoraros.

Además en la cocina debéis organizar la despensa, examinar todos los productos secos (arroz, harinas) para ver que no tengan bichillos, y que no hayan caducado tanto los productos secos como los enlatados. Desechad todo lo que haga falta.



Y cuando digo todo esto, notad que he dicho desechar, no tirar. Si vuestro vecindario o edificio tiene un contenedor para abonos, poned ahí los restos de comida y recordad reciclar los contenedores de plástico, vidrio y metal. La ayuda al medio ambiente es buena para todos.







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