domingo, 10 de mayo de 2015

Los Tipos de Interés Negativos en Europa


Todavía no lo hemos visto en Estados Unidos pero hemos oído del tema: los tipos de interés negativos en Europa. Es cierto, existen.

He hablado del intercambio de divisas, de la expansión cuantitativa y de la política monetaria en general como sistema de control a manos de los bancos centrales, con el fin de guiar la economía de sus países en la dirección deseada. Pueden controlar la inflación, la velocidad de creación de nuevos créditos, la probabilidad de ahorro, así como la tasa de cambio de sus monedas para con otras.

Pero ¿qué lleva a países como Suiza, Dinamarca y Suecia a ofrecer tasas negativas en ciertos depósitos, que significa que los depositantes deberán pagarles a sus bancos dinero para que mantener sus cuentas? 
Te doy una pista: euros.

Todo empezó cuando el Banco Central Europeo (BCE) el verano pasado, con la intención de poner más dinero en circulación sin comprar deuda ni ayudar a las instituciones financieras, intentó usar tasas de interés negativas. Significaba que, efectivamente, uno tendría que pagar por mantener ciertos tipos de depósitos, en vez de ganar en dividendos. En épocas de inseguridad económica la gente tiende a poner el dinero en sitio más seguro, el banco (o compran bonos), y evitan invertir. A pesar de que los bancos no ofrecían casi nada por las cuentas de ahorros, la gente seguía sin arriesgarse y el dinero estaba estancado.

Por eso decidieron ir más allá, y establecieron tasas negativas, con la esperanza de que los inversionistas trasladaran sus fondos hacia algún tipo de inversión actual (lo que pondría el dinero en activo en el ciclo económico), o que lo invirtiesen incluso en otros países. Asimismo, estas tasas negativas harían que nadie quisiese invertir en depósitos en euros, y también devaluarían el euro (le quitaría valor), lo que haría la compra de exportaciones europeas más asequibles y atractivas. Dinero en circulación y una subida de exportaciones; buena idea, ¿no?

No funcionó como debía. La caída del precio del petróleo durante el mismo periodo creó una espiral de deflación, que a la larga forzó la mano del BCE y se optó por las medidas de Expansión Cuantitativa.

Más tarde, otros bancos, especialmente aquellos en la Comunidad Europea que no son parte de la zona euro (los suizos, daneses, suecos…) no sólo han bajado las tasas a niveles negativos, algunos incluso las han incrementado –vamos, que las han hecho más negativas con el pasar del tiempo-.
El Banco Nacional Suizo
La causa de eso son la devaluación del euro y el tipo de cambio fijo que estas monedas tienen con el euro (si el euro subía sus monedas suben paralelamente, y viceversa). Justo antes de que el BCE anunciase la Expansión Cuantitativa en enero, el Banco Nacional de Suiza decidió retirar la fijación del franco suizo para con el euro, al que había estado unido desde 2011. El franco suizo se desplomó y subió más de un 30% en un día. Esto causó la quiebra a un número de casas de cambio que obviamente habían estado especulando con el euro y el franco suizo, en un evento tan singular que los organismos regulativos de varios países van a hacer un escrutinio oficial de las prácticas de estas empresas. Y ya era hora.



Entonces ¿son eficaces las tasas negativas?


En cierta medida, por supuesto. Motivan a los inversionistas, gente y empresas con grandes depósitos a poner su dinero en uso, dando un empujón virtual a la economía. Y como con las tasas negativas los depósitos cuestan dinero, los inversionistas extranjeros no depositarán más o se llevarán su dinero, y el valor de la divisa local descenderá. Con una moneda barata las exportaciones serán más rentables y se incrementarán las ventas al extranjero de productos nacionales.

Pero los expertos están preocupados.

Piénsalo. Si las tasas son negativas también significa que también, en ciertos casos, los bancos van a tener que prestar con una tasa negativa, y ¿qué banco va a hacer eso? No, los bancos no van a querer prestar.

No solo eso, si bien el obtener crédito con tasas muy bajas es un claro incentivo para hacerlo, en los EEUU y otros países desarrollados a menudo los consumidores y empresas pueden obtener créditos más allá de lo que se considera un nivel de endeudamiento sano; más adelante, cuando las tasas suban –que subirán, eso está claro- puede llevar a muchos de estos deudores a la mora o quiebra cuando sus pagos suban tanto que no se los puedan permitir. Por suerte, aquí en EEUU no hemos llegado a considerar estas tasas negativas.

¿Y los inversores que dependen de dividendos? Las tasas negativas significan que no sólo no recibirán dividendos sino que además perderán principal de su inversión. Peliagudo.

Y la peor consecuencia de estas tasas negativas es que otorgan un valor artificial a los bonos y acciones. Cuando la gente o ahorra, pone su dinero en otras inversiones, y sólo hay bonos y acciones. Eso genera una burbuja en el valor de acciones y bonos, una subida que no está causada más que por la simple demanda, y no por su valor económico actual. Cuando las tasas suban esos valores van a caer en picado.

Lo he dicho ya con antelación, pero la realidad es que algunas de estas medidas económicas son tan pioneras que la única manera de juzgar su efectividad a largo plazo es esperando a ver. Pero para los economistas queda claro que es una época muy interesante que estudiar.



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